In memorian
Quizá se debió a un ansia inconsciente de elevarme hasta encontrarte, o a un efecto de la desesperación; el caso es que comencé a volar.
Sostener
mi cuerpo en el aire, orientarme según los vientos, descubrir en las alturas un
presagio de tormenta, fue un aprendizaje arduo, un proceso peligroso que ocupó
mi tiempo y dio sentido a mi vida.
En
las montañas la vista es maravillosa y el silencio casi perfecto. Los cóndores
ya no recelan mi presencia, sin embargo bajo a diario al llano. Visito el
camposanto. Recorro con mis yemas las letras de tu nombre.
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Publicado en:
Trajín Literario (revista cultural, México)
Edición n° 38, Sept. 2012
También publicado en
Qué hermosura de nostalgia, Patricia, qué hermosura.
ResponderEliminarVoy a ver los otros.
Aunque dura y filosa, la nostalgia tiene esa belleza poética que... No es así Miguelángel?
Eliminaresta empapado del onirismo que desprenden muchos de tus relatos. Una preciosidad.
ResponderEliminarMuchas gracias por esta sonrisa que ahora tengo, Cyber.
EliminarTremendo, Patricia. Un micro de gran profundidad emocional, no sólo bien trazado, sino con un pulso narrativo que hace que el corazón del lector se mueva al compás del sentimiento contenido.
ResponderEliminarAplausos.
Algunos micros se escriben solos, Pedro. sólo es necesario escuchar con atención...
EliminarBesos!
Bonito bonito Patricia, destila calma, o tal vez, como bien lo titulas, es como una caricia de estas que te deja la sonrisa tontorrona.
ResponderEliminarUn beso
Si transmite serenidad, sosiego, entonces hay esperanza para quien se quedó de este lado, extrañando...
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarPreciosa calma en la ternura del rellano.
ResponderEliminarMe gusta muchísimo.
Besos
Muchísimas gracias, Laura.
EliminarBesooseB
No todas las caricias son iguales. Algunas se dan con el alma, y son las que llegan...
ResponderEliminarAbrazote. Grandote.
Así es, Lunita.
EliminarUna caricia desde mi alma a la tuya.
Indescriptible la grandilocuencia del escalofio esperitual que transmiten los ángeles a través de tu relato.
ResponderEliminarAbracito tenue.
Gracias, Alexandra.
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